domingo, 27 de febrero de 2011

El origen de la delincuencia: enfoque biológico

La Asociación Americana para el Avance de la Ciencia clausuró el pasado 21 de febrero en Washington su reunión anual con una inquietante conclusión: la delincuencia tiene una base biológica detectable en niños a partir de los 3 años. ¿Es posible establecer esta conclusión? ¿Estaríamos ante un modelo de etiquetamiento masivo desde la infancia? ¿Qué afirma la criminología a este respecto?

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A lo largo de la historia, el delito ha sido explicado desde múltiples y variados enfoques: biológicos, psicológicos, sociológicos y mixtos. Dentro de la orientación biológica, encontramos explicaciones que se basan en teorías hormonales, genéticas y tipológicas. Todas ellas cuentan con estudios empíricos, más o menos sólidos, realizados sobre la igualdad de gemelos, gemelos separados y niños adoptados.

Dentro de las teorías hormonales encontramos aquellas que se basan en la importancia de la testosterona en nuestro comportamiento delictivo. Existen estudios empíricos que la avalan y otros que desmienten que aquellas personas con niveles de testosterona más altos, sean más agresivas.

Las teorías genéticas describen como determinados síndromes hacen que los comportamientos sean más violentos. Ejemplo de esto es el Síndrome de Jacobs (XYY), portado por personajes como Manuel Delgado Villegas "El arriopero" (1943), uno de los mayores asesinos de la historia de España.

También se han llegado a describir tipologías morfológicas, argumentando que dependiendo la complexión de una persona (leptosomático, pícnico y atlético) se pudiera ser propenso a una determinada conducta delictiva.



Hoy en día, las teorías biológicas radicales son insostenibles, no existiendo una diferencia genética sólida entre delincuentes y no delincuentes. Son muchos los portadores de factores asociados al crimen que no delinquen, y viceversa.

Podemos concluir que la genética puede predisponernos a determinadas conductas, pero que es el medio ambiente (sociedad, educación, hábitos...) quien finalmente "construye" al ser humano.

Dentro de las conclusiones del artículo de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia se describen ciertos predictores de la psicopatía detectables en niños desde 3 años. Creo que aventurarnos a concluir que un cerebro de 3 años está suficientemente formado como para determinar caracteres psicopáticos, es una auténtica barbaridad. No existen ni pueden existir, bajo mi punto de vista, estudios que otorguen a la psicopatía un origen puramente biológico, teniendo una gran influencia el medio ambiente en el que crezcan y se desarrollen. Y si así lo hicieran, para determinar que una persona posee características biológicas psicopáticas debería estar desarrollado completamente desde el punto de vista biológico, y moralmente desde el punto de vista comportamental (en ningún caso con 3 años de edad).

Con todo, debemos concluir que es fundamental la prevención general y especial, la educación e intervención criminológica. Más allá de etiquetamientos, más allá de intentos de determinación biológica temprana, nuestro papel fundamental se sitúa en la prevención del riesgo y en la intervención prematura sobre estos menores.

Os dejo un extracto de la entrevista realizada por E. Punset a Robert Hare, en el programa REDES, sobre la influencia del medio (televisión) en ciertos comportamientos psicopáticos de jóvenes. Hablaremos de psicopatía, de manera más amplia, en otra entrada.






Un saludo y ¡gracias por leerme!