domingo, 24 de junio de 2012

El riesgo no se predice: se valora y gestiona

Esta entrada tiene como objetivo el arrojar algo de luz sobre una parte importante de la profesión del criminólogo, como es la valoración y gestión del riesgo de violencia o de reincidencia. En anteriores entradas he hablado sobre estas herramientas y su uso, pero creo que es necesario ahondar más en el hecho de que el riesgo de violencia no se puede predecir, ni es ese el objetivo del trabajo del criminólogo, ni es posible ni en último caso, útil. 
Veamos por qué.
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La estimación del riesgo del comportamiento violento en el futuro, se realiza sobre personas con un historial de violencia. Se estima, se valora. Estos conceptos sustituyen al de peligrosidad, que es utilizado en la legislación penal, pero que se observa con poca capacidad productiva, inespecífico y poco útil  para predecir qué tipo de violencia ejercerá en el futuro un sujeto.

El estudio de la reincidencia, como bien apuntaban Rennie & Donal (2010), nos demuestra que la causa y continuidad de la violencia está determinada por la combinación de factores disposicionales, históricos contextuales e individuales/clínicos. 


Así, existen factores de riesgo y  factores de protección. Los factores de riesgo son aquellos cuya presencia hace que aumente la probabilidad de que se produzca violencia y los de protección, hacen que su presencia disminuya el riesgo futuro. Pueden ser, a su vez,  estáticos (invariables) o dinámicos (pueden cambiar y por lo tanto nos interesa trabajar mucho sobre ellos).

Dentro de los factores de riesgo estáticos pueden incluirse la violencia previa, el inicio temprano de la violencia, la exposición a violencia en el hogar, la historia de maltrato infantil o la separación temprana de los padres. Como factores de riesgo dinámicos puedo señalar como ejemplos la delincuencia en el grupo de pares, la escasa habilidad educativa de los padres, la impulsividad, el consumo de drogas o determinados problemas con el manejo del enfado. Como factores de protección estáticos señalaré el apego inseguro en la infancia, la inteligencia o la perseverancia como rasgo de personalidad y dinámicos el disponer de un apoyo social fuerte, la actitud positiva hacia la intervención, la empatía, las actividades de ocio, tener objetivos vitales o relaciones íntimas positivas con amigos o pareja.


De esta manera, es importante conocer las etapas de la EVOLUCIÓN en la EVALUACIÓN DEL RIESGO, que ha contado con varias generaciones (siendo pioneros los criminólogos clínicos de Canadá en el desarrollo de las mismas).

Tal y como lo desarrollan Andrews, Bonta & Wormith (2006), existen cuatro periodos claramente diferenciados:

1ª Generación: En la que se realizaba un juicio clínico no estructurado, asistemático y subjetivo. Esto daba lugar a juicios con falta de consistencia y sin acuerdo entre profesionales
2ª Generación: Se comenzó a realizar una valoración actuarial basada empíricamente, sin base teórica y consistente en factores de riesgo estático. Predice, pero no gestiona.
3ª Generación: Valoración clínica estructurada, basada empíricamente pero ya con base teórica. También recoge factores de riesgo dinámicos. 
4ª Generación: La evaluación se basa empíricamente e integra la GESTIÓN del riesgo (seleccionar intervención, objetivos del tratamiento, evaluación del progreso) y se administra en múltiples ocasiones. 

¿POR QUÉ? Porque EL RIESGO SE VALORA PARA INTENTAR REDUCIRLO. Ese es el objetivo final.

En efecto, los objetivos son: determinar el riesgo, comprender el comportamiento violento, identificar las necesidades de intervención, evaluar la evolución y así PREVENIR la reincidencia.


Esta entrada tiene especial interés, ya que muestra la evolución de las herramientas de valoración y gestión del riesgo de reincidencia. Así, debemos tener en cuenta que no son iguales unas herramientas que otras y que sus objetivos no son los mismos. Es decir, que no podemos sopesar de igual manera una herramienta de 1ª Generación y una de 4ª Generación. La primera serviría, de manera muy limitada, para algunos casos particulares... la herramienta de 4º Generación nos ayudará en la valoración y en la gestión y mejora de la intervención para que el individuo tenga, tras el tratamiento específico e individualizado, menores posibilidades de reincidir.

Finalizo apuntando que estas herramientas de valoración y gestión del riesgo de violencia (violencia grave, sexual, dentro de la pareja, menores...) deben ser utilizadas por profesionales altamente entrenados y cualificados, expertos en delincuencia: criminólogos clínicos debidamente entrenados

Si diseñamos una herramienta sin tener determinadas características presentes, y esta es utilizada como una mera recopilación de datos estadísticos, estaremos haciendo mucho daño al individuo, a la sociedad y al desarrollo científico de la criminología clínica.

Os dejo en el siguiente vídeo las jornadas de investigación del Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada, que tuvieron lugar el pasado 8 de mayo de 2012. En ellas se habla de últimos estudios de reincidencia, entre otros interesantes temas. Están en catalán, pero creo que se entienden estupendamente. Cataluña nos lleva mucha ventaja en el estudio e investigación científica en Criminología. Espero que en Navarra podamos disfrutar de unas jornadas así en poco tiempo...  




Un saludo y ¡gracias por leerme!